Ya conoces la rutina, te despiertas por la mañana, te estiras, bostezas, y te das cuenta que tu aliento huele como si algo hubiese muerto en el interior de tu boca. Tu aliento huele mal porque enormes colonias de bacterias han estado reproduciéndose en su interior durante toda la noche.
A las bacterias les encanta el interior de nuestro cuerpo, y nuestra boca, con su calor y humedad constante.
Estas bacterias no son del todo malas, entre otras cosas, ayudan a evitar que otras bacterias aun más peligrosas nos invadan. Pero si no las mantenemos a raya provocarán caries y enfermedades periodontales.
La mayor parte del tiempo, tu saliva ayuda a mantener estas colonias a raya arrastrándolas, junto a las partículas de comida, por el esófago. Tu saliva también contiene algunos agentes antibacterianos como la lactoferrina, que impide a las bacterias absorber hierro eficazmente y dificulta su proliferación.
Pero por la noche no producimos tanta saliva, nuestra boca se convierte en un lugar tranquilo, cálido y húmedo lleno de partículas de comida y células muertas donde las bacterias campan a sus anchas. A medida que estas se alimentan, producen distintas sustancias olorosas como residuos, por mencionar algunas, ácido sulfhídrico, sustancia responsable del olor a huevo podrido, ácido isovalerico, que es a lo que huelen tus pies cuando han estado todo el día encerrados en sus zapatos y cadaverina, sustancia responsable del olor a carne podrida.
Así que, cuando alguien te diga que tu aliento huele a muerto, tal vez no sea ninguna exageración.
El mal aliento por las mañanas no se puede evitar, pero si mitigar con una buena higiene bucodental. Un generoso cepillado y el uso de colutorio antes de irse a dormir debería ser suficiente.
Aunque el mal aliento a lo largo del día es síntoma de otros problemas más graves, y si notas que algo huele mal en tu boca, debes acudir a la consulta del dentista para diagnosticar el problema.
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