Tener una sonrisa bonita es una gran carta de presentación. Y es que la boca es uno de los primeros aspectos en los que nos fijamos nada más conocer a una persona.

El blanqueamiento dental es un tratamiento seguro, indoloro, rápido y eficaz que permite devolver la armonía a los dientes que han perdido su tonalidad.

El blanqueamiento dental se consigue gracias a un gel de peróxido de hidrógeno o peróxido de carbamida con la concentraciones de entre 10-25% que es aplicado sobre la superficie de los dientes y con la activación de luz o el efecto del tiempo, penetra en los túbulos de la dentina y aclara su tonalidad.

Las discromías dentales pueden clasificarse en dos maneras: extrínsecas o intrínsecas. Las discromías intrínsecas, son aquellas manchas que se producen en el interior del diente o bien aquellas que afectan la estructura interna de los tejidos dentales.

Las discromías extrínsecas son las manchas que aparecen en la superficie de los dientes y se producen entre las micro grietas del esmalte y en la profundidad de la dentina (la capa del diente debajo del esmalte). El agente blanqueador activo (peróxido de hidrógeno o peróxido de carbamida) contenido en los geles penetra en el esmalte para llegar a las moléculas responsables de las manchas. Los radicales libres de oxígeno liberados por parte del agente blanqueador descomponen estas moléculas (rompiendo los lazos que los mantienen unidos), haciendo que estas sean invisibles y consiguiendo blanquear los dientes.

Este tratamiento siempre debe ser supervisado por tu dentista o higienista dental para que asegure tanto la idoneidad del tratamiento como la correcta consecución del mismo.