Las Radiografías (Rayos X) son una parte vital y necesaria del proceso de diagnóstico dental de su hijo. Sin ellas, ciertas condiciones dentales, como por ejemplo las caries, pueden pasar desapercibidas.
Muchos padres están preocupados por el impacto de las radiografías dentales en los niños. Los niños son más sensibles a la radiación. Sin embargo, la cantidad de radiación en una radiografía dental todavía se considera segura para un niño. Como las mandíbulas y los dientes de los niños están cambiando continuamente, es importante observar su desarrollo.
Estas radiografías se realizan por muchos propósitos importantes para pacientes . Ayudan a los dentistas a:
- Asegurarse de que la boca es lo suficientemente grande para acomodar los dientes entrantes.
- Vigilar el desarrollo de las muelas del juicio.
- Determinar si los dientes leche están aflojando adecuadamente para acomodar nuevos dientes permanentes.
- Identificar la caries y la enfermedad de las encías con mayor antelación.
La unidad de medición de la dosis de radiación es el milisievert (mSv) y es conocida como “dosis efectiva”. Esta radiación recibida se compara con la “radiación natural de fondo” que es la cantidad de radiación recibida de fuentes naturales, como la exposición al sol, teléfonos o satélites.
En España, el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) estima que cada persona recibe al año una dosis media de 3,7 mSv en total.
De esta cantidad, 2,4 mSv tienen su origen en la radiación natural. Y, los 1,3 mSv restantes se deben a la radiación media recibida procedente de fuentes médicas.
La cantidad de dosis recibida en una radiografía digital, es de 0,005msv, lo que equivale a un “día tomando el sol en la playa”.
Las radiografías dentales se consideran extremadamente seguras. Sin embargo, es importante entender el propósito de cualquier procedimiento que lo exponga a la radiación.
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